Mi nombre es Yolanda, soy colombiana, y vivo en la Ciudad de México hace 4 años, el salir de Colombia y llegar a un país diferente, amplio mi visión sobre el mundo, me hizo descubrir que existe un mar de posibilidades más allá de nuestra propia patria, y aunque llevo en mi corazón a mi amada Colombia, y siempre estaré regando la voz de lo maravillosa que es, he aprendido que cada lugar nuevo a donde vayamos tiene su encanto particular, solo hay que descubrir y valorar esos aspectos positivos que lo hacen único.

Inicio con  este tema, porque al estar en México, y tan lejos de mi tierra natal y mis seres queridos, después de casi 30 años construidos allá,  tenía dos alternativas, echarme a llorar por la ausencia de todo eso que amo y que ahora tengo tan lejos, o empezar a encontrar nuevos motivos para hacer de mi vida maravillosa.

En esta ciudad y muy cerca de mi casa, me encontré con uno de los lugares más bellos que hay en la Ciudad de México, esta ciudad que todos sabemos tiene uno de los índices más altos de contaminación a nivel mundial. Aquí descubrí un hermoso bosque, ubicado en el corazón de la ciudad, y sin duda alguna, el pulmón de ella. El Bosque de Chapultepec (Chapultepec es una palabra de origen náhuatl «Chapulli, saltamontes, y tepe(tl), cerro, Chapultepetl», que significa "cerro del saltamontes" o "cerro del chapulín"), tiene más del 57% de las áreas arboladas en una de las ciudades más urbanizadas y  grandes del mundo, es considerado también el Parque Urbano más grande de América Latina y es en definitiva un lugar donde te puedes reencontrar con la naturaleza en todo su esplendor.

Y fue precisamente en este bosque, dónde empecé a explorar nuevas posibilidades para mi vida, donde encontré una forma de relajarme, de alejarme de la enorme ciudad, de encontrarme a mí misma, y de buscar la tranquilidad que no encuentras cuando estás en medio de la urbe.

Cuando descubrí este hermoso lugar, vi con mucha curiosidad que yo no era la única persona que lo visitaba con el fin de desconectarse de lo cotidiano; diariamente me encontraba con trotadores y corredores que encuentran en este sitio el lugar perfecto para entrenar, respirar aire puro, y de paso desconectarse del mundo y encontrarse con ellos mismos y con la naturaleza. Justamente al ver a estas personas, ME ANIME!, y un día me puse unos tenis viejos, una sudadera y me fui a trotar al bosque; me encanto!, y desde ese día no he dejado hacerlo.

historias de carreraImagen del Bosque de Chapultepec

Durante el primer mes, después de empezar a trotar como hobbie, sentí la necesidad de participar en una de esas carreras que siempre veía, pero que jamás pensé tendría las condiciones físicas de correr y menos de terminar, y fue así como participe en mi primera carrera, llevada a cabo el 5 de junio de 2011, solo con el fin de conocer mis capacidades físicas, mis primeros 10 Km fueron durísimos, pero descubrí, que si quieres, puedes!!.

Luego surge la segunda carrera, y el motivo de esta historia; es así como anunciaron por diversos medios la Primera Carrera Probosque de Chapultepec, que se llevaría a cabo el domingo 4 de septiembre de 2011 en la Ciudad de México, waooo!!, no podía creerlo!!, no podía ser mejor!!!,  mi segunda carrera sería con el fin de aportar por medio de mi inscripción a la mejora y mantenimiento de mi lugar favorito en México, el pulmón de esta gran ciudad, estaba feliz solo con el hecho de saber que aportaría con un pequeño grano de arena para la conservación del bosque, y más feliz aún porque el circuito que correría sería por los mismos caminos que recorro 4 o 5 veces por semana cuando entreno y me reencuentro con la naturaleza.

Como en la mayoría de las carreras, quienes tenemos esta gran pasión del atletismo, sabemos que es necesario cambiar un domingo de descanso, por una tremenda madrugada el día de la carrera, madrugada que se opaca con  el ánimo y la emoción indescriptible que se siente siempre antes de cada carrera, es como cuando te preparas para un paseo muy especial,  y desde el día anterior dejas listo todo lo necesario, sacrificas fiestas  la noche anterior, e incluso cambias el calor de la cama, por el frío de la madrugada, y esa noche anterior te acuestas con esa sonrisa en los labios que genera la emoción  previa al evento. 

historias de carrera
Camiseta Primera Carrera Probosque de Chapultepec.

Llego por fin ese domingo, el 4 de septiembre, me despertó mi reloj  a las 5:30 de la mañana, no pude evitarlo, quede levantada como si me hubieran expulsado automáticamente de mi cama, y corrí como una niña pequeña, con la emoción de estar lista y salir rápido para estar a tiempo en el gran evento, la segunda carrera que realizaría en mi vida, y otra vez lo digo, el motivo de esta historia.

Como es costumbre, muchos de nosotros llegamos con una hora de anticipación a la carrera, durante esta hora realizamos el calentamiento necesario, vamos al baño,  alistamos todos esos pequeños detalles que son necesarios antes de la señal de arranque; esto hice ese día, a las 7:00 a.m., ya me encontraba en el lugar, la carrera iniciaría a las 8:00 de la mañana, así que tenía el tiempo suficiente para realizar un pequeño trote, estirar, ir al baño, y algo muy importante, darle el abrazo y el beso de despedida al amor de mi vida, quien nunca me deja sola en ninguna competencia, quien nunca me ha dejado sola en ningún momento importante en mi vida desde hace 8 años, mi chileno bello cumple con varios roles en mis competencias, es mi fotógrafo de cabecera, mi motivador, e incluso hasta mi locker personal, esto lo digo con cariño, porque si no fuera por él tendría que hacer una larga fila para poder dejar mis pertenencias en los lockers que generalmente tienen asignados para los corredores; en fin, él no corre conmigo, pero es como si lo hiciera, pues esta hay siempre, madruga y sacrifica también sus domingos de descanso por mí, disfruta fotografiarme antes y después de las carreras, e incluso en muchas de ellas logra colarse entre la multitud de acompañantes, para tomar fotos de primer ángulo en mi llegada a la meta, lo menciono, porque definitivamente él forma parte importante en esta historia.

Después de despedirme de Raul (ese es su nombre), me dirijo a la línea de partida, el lugar donde se ubican todos los corredores, y entonces mi mente se empieza a desconectar de todo, y se enfoca en la meta del día, terminar la carrera, cumplir un logro más, y si se puede, mejorar mi propio tiempo. Escucho al animador, hablando sobre la importancia de la carrera, nuevamente una sonrisa en mi cara porque estoy en mi lugar favorito, porque estoy aportando algo para mejorar este bosque, y porque voy a hacer una de las cosas que más disfruto, correr. Me concentro, he aprendido que la concentración definitivamente nos hace obtener mejores resultados.

 historias de carreraPunto de partida, antes del disparo de salida.

Suena el disparo de salida, en esta ocasión hubo un cupo máximo para 2.500 corredores, observo con alegría que muy probablemente estoy trotando con otras 2.499 personas, pues la carrera cumplió con las expectativas en inscripciones y muchas personas quisimos apoyar esta noble causa en pro de la naturaleza.

Inicia por fin la Primera Carrera Probosque de Chapultepec, y el motivo de esta historia. Empiezo a correr a un ritmo que mi cuerpo resiste, con alegría veo a mí alrededor y observo la belleza del entorno que rodea esta carrera, estoy trotando dentro del pulmón del Distrito Federal. No existe algo mejor que respirar aire puro, no existe algo más gratificante que observar el verde de los arboles, los colores y la belleza que nos brinda la naturaleza a cambio de dos cosas, respeto y cuidado. Sigo corriendo y en mi mente solo existe una cosa, que maravilloso es el mundo cuando lo valoramos, que maravilloso es el mundo cuando lo queremos y apreciamos; pues en definitiva me encontraba trotando en uno de los pocos lugares de esta gran ciudad con tanto aire puro.

Sigo pensando, si todos destináramos una parte de nuestro tiempo, así sea una sola vez por semana para disfrutar de estos espacios, para apreciarlos y cuidarlos, y de paso practicar algún deporte, seguramente seríamos más felices. Y es en estos espacios, donde podemos reflexionar sobre la magnitud de la naturaleza, la importancia de esta para nuestras vidas.

Sigo corriendo, ya pase del kilómetro cinco, y estoy pensando ahora en el tamaño de este bosque, es enorme!!, llevo alrededor de 25 minutos corriendo a un ritmo medio, me falta la mitad del circuito, el cual fue trazado solo en una pequeña parte del bosque, es realmente sorprendente lo enorme que es este lugar, ya rodeé un lago, el más grande, ubicado en la Segunda Sección del Bosque, me falta aún otro lago ubicado en la Primera Sección del Bosque, este es más pequeño, pero es igualmente muy bello, todavía tengo circuito por recorrer.

A veces nos perdemos de observar y disfrutar de la belleza que nos brinda la naturaleza sin ningún costo, por estar encerrados dentro de unas cuantas paredes. Voy por el kilómetro 7, y pienso, de ahora en adelante cambiaré horas ocio dentro de las cuatro paredes de mi casa, por una o dos horas que dedicaré única y exclusivamente a disfrutar de la naturaleza, de ahora en adelante le regalare a mis pulmones un poco de aire puro, se lo merecen, después de pasar tantas horas en bares, restaurantes y fiestas absorbiendo humo de algunos cigarros.

Kilómetro nueve, ya voy llegando, ya voy llegando!!, y no sé si esto le pase a muchos de los corredores, supongo que sí, pero internamente todo ese cansancio generado después de tantos kilómetros, parece esfumarse con la emoción de pensar en que falta muy poco para la meta; es entonces cuando los músculos empiezan a hacer su mejor esfuerzo, la exigencia se incrementa, y el ritmo de la carrera se acelera, ya pronto me encontraré en la meta, ya quedan solo algunos metros, es la recompensa a varias horas de entrenamiento, y a varios minutos de un duro esfuerzo para cumplir con la meta del día, cumplirle a mi lugar favorito en el Distrito Federal, cumplirle al Bosque Chapultepec, cumplirle a la naturaleza, y cumplirme a mí misma.

Por fin, a unos 100 metros de distancia, veo el tan esperado letrero que en letras mayúsculas dice META, ya casi, ya casi, mis piernas hacen su último y mayor esfuerzo, acelero el paso lo más que puedo, piso la línea de meta, y es en ese momento cuando pienso solo una cosa, LO LOGRÉ!!!.

  historias de carrera
Mi llegada a la meta en la Primera Carrera Probosque de Chapultepec.

Cumplí con una meta más, una de las que más gratificantes, corrí y terminé la segunda carrera de mi vida, seguramente una de las más significativas para mí por el entorno en el que se llevo a cabo, y por los fines que tendrían los fondos recaudados en la misma. Corrí para preservar el bosque, por ende, corrí para aportar con mi pequeño grano de arena, pero que a la larga seguiré viendo en lo maravilloso de ese lugar, en lo majestuoso de la naturaleza, y en lo indescriptible que se siente correr y disfrutar de un espacio donde puedo respirar aire puro.

Hasta la fecha llevo seis meses corriendo, centenares de kilómetros de entrenamiento y seis carreras terminadas, y lo seguiré haciendo, porque el atletismo definitivamente ya hace parte de mi vida.

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Después de la llegada a la Meta, Primera Carrera Probosque Chapultepec. 


Yolanda García Monsalve

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